En un mundo que incentiva la individualidad
y la competencia, en el que las bandas se disuelven para dar lugar a las
carreras solistas de sus integrantes, ellas decidieron hacer un espacio para encontrarse en el canto colectivo. Mónica Abraham,
Lorena Astudilo, María de los Ángeles Ledesma y la Bruja Salguero armaron un
espectáculo que llamaron Cancioneras y se juntaron a cantar y no solo a
compartir escenario.
Acompañadas por Pablo Fraguela en teclados,
arreglos y dirección, Matías Furió en el cajón y Marcos Di Paolo en guitarra,
los temas se fueron sucediendo alternando el canto solista, los dúos y el canto
colectivo, todo con gran talento, con arreglos vocales impecables donde cada
una de ellas brilló cada vez que tomó el micrófono.
Para destacar como picos de emoción de la noche: en los solos el Grito Santiagueño por la Bruja, Dorotea la cautiva por Chiqui Ledesma, El arribeño por Lorena Astudillo y Mi Apellido es Buenos Aires por Mónica
Abraham, y los colectivos Florcita de
Alelí, El Cigarrito y la yapa que
fue la Chacarera de un Triste.
Fue una fiesta para el alma con un público emocionado, disfrutando a
pleno de ese encuentro sincero, profundo de amor y respeto que se sintió en el
escenario. Es maravilloso lo que se siente cuando uno va a escuchar y no sólo
comulga con los que están en el escenario sino también con todo el público que
se siente en tu misma sintonía.
La única contra de este espectáculo, es que
terminó, que fueron solamente dos conciertos. Y a lo mejor se preguntan para
qué los hacemos desear. Es que esta nota es por cábala. Esperamos más
cancioneras y pronto.